EL SANADOR DE LA TIERRA
Interesante, que Dios relacione lo que tiene que ver con “sanar la tierra” con la oración y el arrepentimiento. En el año de sanidad y medicina nos toca examinar la Palabra de Dios para ver lo tocante a una intervención divina, para, en esta ocasión restaurar y reparar una naturaleza golpeada por factores negativos.
El Nuevo Testamento trae también la idea de una tierra necesitada de una intervención:
Creemos que la misma naturaleza es capaz de reaccionar a los eventos divinos de diversas formas:
- Se calma la tormenta y el mar (Mrc. 4:39...reprendió al viento, y dijo almar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.)
La higuera que se secó (Mt. 21:19 “Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.”)
Reacción de la naturaleza al morir Cristo (Mat. 27:51 Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocasse partieron...)
Visitemos el Antiguo Testamento desde los días de la creación hasta el éxodo; desde los días de Josué hasta los días de Elías y el fuego del cielo.
El libro de Apocalipsis describirá toda clase de eventos en los cielos y en el mar.
¿Esperaremos de Dios una intervención directa para nuestro país?
¿Oraríamos creyendo que Dios todavía tiene dominio y poder para hacer cambios radicales, sobrenaturales?
Todos oímos casi cada día acerca del daño a los ríos, mares, atmósfera, animales que el hombre está ocasionando. Esos daños nos afectan directamente cada día. Un país puede casi paralizarse ante el efecto de inundaciones, tsunamis, huracanes, temblores y otros eventos de la naturaleza.
La Iglesia esperará de Dios cielo nuevo y tierra nueva, pero ¿qué de la necesidad HOY de que Dios intervenga en el planeta en el cual hemos sido colocados?
... Si se humillare mi pueblo...
¿Haremos lo que nos toca hacer por Panamá y el mundo?