Autoridad y Poder
Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos… Mateo 28:18-19
La autoridad era una de las características que destacaban en Jesús. Era tan evidente que los evangelistas mencionan repetidas veces la admiración que producía en los oyentes “porque su palabra era con autoridad”. (Lucas 4:32) Su autoridad no era sólo una imagen que proyectaba respeto, realmente estaba respaldada por poder.
Infundía tanta autoridad que ni siquiera los más versados sabios y conocedores de la ley se podían sostener frente a sus enseñanzas, reflexiones y razonamientos. - ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio autoridad para hacer estas cosas? - le preguntaron en una ocasión. La sola pregunta buscaba poner en duda su autoridad así que no les respondió directamente; sin embargo, indirectamente sí les dio a entender que su autoridad venía del cielo (ver Marcos 11:27-33) Ellos simplemente no tenían el valor de aceptar que hablaban con El Adonay.
El poder del imperio a través de su máxima representación civil y militar en Judea, Poncio Pilato no pudo sostener su rango frente a la autoridad de Jesús. “Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba…” le dijo Jesús frente a su supuesta declaración de jerarquía.
Lucas, ampliamente describe en el capítulo 4 esta autoridad de Jesús. Frente a la multitud enardecida que quería despeñarlo por sus declaraciones en la sinagoga Él simplemente “…pasó por en medio de ellos, y se fue.” Piense en este detalle narrativo y verá a un hombre con verdadera autoridad.
La autoridad de Jesús era tan fuerte que frente a Él se sometían no sólo los poderes terrenales humanos sino también: la naturaleza, los espíritus, el pecado e incluso la muerte. ¿Qué hombre es este, que aun los vientos y el mar le obedecen? reconocieron sus discípulos al verle someter con su voz a la tormenta.
En los versículos 32 y 36 del capítulo 4, Lucas describe la admiración que causaba Jesús por estas demostraciones de poder en lo sobrenatural.
Toda esta autoridad y poder son el respaldo que tenemos como iglesia para cumplir el mandato que El nos encomendó cuando nos dijo: “id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
Es la iglesia el cuerpo y Cristo con toda su autoridad es la cabeza que nos ha sido dada. Esta es la esperanza a que él nos ha llamado, y las riquezas de la gloria de su herencia… (Efesios 1:17-23 (leerlo)