Estamos en el tiempo agradable del Señor
¡El evangelio del reino son Buenas Noticias para el que cree! Esta no es una simple declaración motivadora de bienestar, es una verdad que nos da vida.
Jesús, como protagonista de la historia en la humanidad, es Dios hecho hombre. Su historia es el relato de un amor incondicional por la humanidad.
El capítulo 4 de Lucas es parte de esta hermosa narración de amor. Aquí vemos a Jesús en el inicio de su ministerio, predicando en las sinagogas de los judíos, como solía hacerlo.
En esta ocasión, ha tomado el rollo de Isaías que “coincidentemente” habla acerca del tiempo del favor del Señor. Y, luego de leerlo en voz alta, ha dicho:
—Lo que acabo de leerles se ha cumplido hoy ante ustedes.
Estas palabras resultaron controversiales a los oídos de los judíos, tanto que se enfurecieron e intentaron matarle. Adjudicarse a sí mismo el cumplimiento de esta profecía fue para ellos no solo pretencioso sino blasfemo. Aún si en medio de la reunión hubiese uno no tan religioso, pensaría: ¿Hoy? ¿En la condición que estamos? ¿No habla esa profecía también del día del juicio para nuestros enemigos? ¿Y qué de estos enemigos? Realmente, el momento histórico de Israel no era el más alentador. Sin embargo, en la agenda de Dios y desde el lente del evangelio, estas palabras están llenas de tanto aliento que los que hemos creído por fe no podemos hacer otra cosa que decir: ¡Gloria a Dios, Él ha venido a redimir a su pueblo! (Lucas 1:68-79)
La llegada de Jesús a la tierra inaugura el tiempo del favor de Dios. Un tiempo donde el corazón quebrantado será consolado, donde los cautivos serán liberados y los prisioneros serán puestos en libertad. Los que se lamentan recibirán una corona de belleza en lugar de cenizas, una gozosa bendición en lugar de luto, una festiva alabanza en lugar de desesperación. ¡Qué imagen tan agradable es proyectada en esta promesa de Isaías! Es la imagen de nuestras vidas, los que hemos creído en Él.
Para algunos de nosotros, el panorama hoy está igual o peor que para los judíos de la sinagoga de Galilea, tanto espiritual como naturalmente. Parecen rodearnos enemigos y situaciones que nublan la verdad superior del cumplimiento del tiempo del favor de Dios. Queda en nosotros decidir a quién mirar: ¿a Jesús y a su obra redentora o a nuestras situaciones humanas?
Él ha dicho: “Cambien su manera de pensar y de vivir, crean en la buena noticia” (Mateo 1:15).
Su plan es que seamos llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya... (Isaías 61:3). Él está esperando tu adoración en medio de la adversidad, simplemente porque sabes que el Evangelio es la buena noticia de algo que ya ocurrió y que tiene que ver contigo. Los resultados en nuestra vida son siempre un motivo para darle la máxima adoración.