LA BUENA NOTICIA PARA UN MUNDO QUE SUFRE

¡Oh Sion, mensajera de buenas noticias, grita desde las cimas de los montes! Grítalo más fuerte, oh Jerusalén. Grita y no tengas miedo. Isaías 40:9

Este pasaje muestra una imagen muy interesante. Un mensajero que sube a las cimas de los montes para que todos lo oigan. ¡¡Trae buenas noticias!! No tiene miedo de decirlas porque sabe que estas noticias traerán alegría. No puede quedarse callado. Todos deben saberlo.

Esa es la imagen de la iglesia de los Hechos. Una iglesia que ha recibido poder para ser testigo en Jerusalén, en toda Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra. Una iglesia mensajera que proclama la buena noticia con el mayor alcance posible. El mensaje que posee tiene que ser escuchado. Porque cuando éstas buenas noticias son escuchadas todo es transformado.

Timothy Keller define el Evangelio de esta manera: “El evangelio es «proclamación heráldica» antes que cualquier otra cosa. … El evangelio debe entenderse primordialmente como buenas noticias, y las noticias no son tanto acerca de lo que debemos hacer, como de lo que ya ha sido hecho. El evangelio es sobre todo un informe acerca de la obra de Cristo por nosotros: la salvación que él logró para nosotros. Por eso es un evangelio de gracia.”

1 Timoteo 1:15 dice que Jesucristo vino a este mundo para salvar a los pecadores del castigo que merecen. Sin embargo ¿Cuántos viven sin esperanza esperando el castigo por su pecado? ¿Cuántos están a tu alcance? ¿Te imaginas lo mucho que cambia la vida de un condenado a muerte al saber que su culpa ha sido pagada y que ahora es libre por los méritos de aquel que murió en su lugar?

-Consumado es – dijo Jesús en la cruz del Calvario. Todo ha sido hecho. Ahora podemos vivir conforme a nuestra nueva realidad.

El mundo se cierne en una densa oscuridad producto del pecado. Guerras, pestes, malas noticias, incertidumbre en general; pero en la cima de la montaña se escucha una voz diferente. La voz de la iglesia, la voz de cada creyente. Un mensaje de buenas noticias que dice:  Consuelen, consuelen a mi pueblo —dice su Dios—…y díganle que se acabaron sus días tristes y que sus pecados están perdonados. Isaías 40:1

 

Levanta tu voz mensajera de Dios y proclama las buenas noticias de lo que Cristo ya hizo por nosotros. Tus seres queridos, tu comunidad, tu familia, tus compañeros de trabajo deben saber que, si se arrepienten de sus pecados y se vuelven a Dios, sus pecados serán borrados. Y de la presencia del Señor vendrán para ellos tiempos de refrigerio.