CRISTO: ÚNICA FUENTE DE ESPERANZA
Hoy se hace mucho más evidente que estamos viviendo los últimos tiempos. Solo se habla de desastres, de odio, de inmoralidad sexual, de LGBTI, “tu puedes ser lo que quieres ser” … “love is love”. El engaño del enemigo ya no es tan sutil y disimulado. Vemos a través de Disney y otras organizaciones mundiales su diabólico plan en contra de los niños, jóvenes, en fin, contra la familia que Dios constituyó en el huerto del Edén.
¿Qué haremos nosotros, los que caminamos con Dios, que hemos abrazado el Evangelio y creído en sus promesas por tanto tiempo? ¿Y qué hay para los que inician la vida de creyentes? ¿Hay esperanza para nosotros en estos tiempos, y para aquellos que se unirán a nosotros en este camino de la fe?
El Padre nos deja una interrogante… “pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” Yo digo que si mantenemos nuestra esperanza activa la respuesta será SI, porque…
EL ES NUESTRA ESPERANZA:
Dios es nuestro amparo y fortaleza. Es soberano y solo Él tiene el control de nuestras vidas y de nuestro futuro. El peligro y la amenaza de desastres ha aumentado, pero nuestra esperanza dice que nada se mueve si no es por su poder.
—Salmos 46: 1-3
NO SEREMOS SEPARADOS DE ELLA:
Nos afirmarnos en la salvación tan grande que Dios nos ha dado por medio de Cristo Jesús. Nada nos puede quitar las inmensas bendiciones que Dios nos da.
—Romanos 8: 35-39
NUESTRO TESORO (valores) ESTA BIEN PROTEGIDO:
En estos tiempos peligrosos nos damos cuenta de los tesoros que tenemos en el cielo donde los ladrones no minan ni hurtan. Son nuestros valores, que no perecen jamás.
—Mateo 6: 19-24
NUESTROS PENSAMIENTOS SE GUARDAN EN LA PAZ DE DIOS:
Mantendremos nuestra seguridad en las promesas de Dios, sobre todo, las que Dios nos ha dado de manera personal. Es en los tiempos de angustia cuando sus promesas se activan en nosotros y nos inundan de aquella paz de Dios.
—Salmos 140: 1-7; Filipenses 4: 6-8
NUESTRA FRAGILIDAD ESTA EN DIOS, QUIEN NOS RESCATA Y FORTALECE:
Nuestra fortaleza y seguridad no viene de cómo nos sentimos, sino solo de Dios. En estos momentos es cuando percibimos nuestra fragilidad y el temor hace que acudamos al Señor por socorro. Reconocemos que dependemos totalmente de Dios para continuar esta carrera.
—2Corintios 1: 8-9
NUESTRA MIRADA SE MANTIENE EN EL DIOS QUE NOS SOCORRE:
Glorificamos a Dios mostrando nuestra confianza en El. Alzaremos la mirada al cielo con seguridad.
—- Salmos 125: 1-2
VEN SEÑOR JESÚS: LO NUESTRO ES ANHELAR SU MANIFESTACIÓN
A veces cuando gozamos de bonanza y tranquilidad se nos olvida que estamos esperando la venida de nuestros Señor, pero en tiempos de peligro nuestro espíritu clama “ven Señor Jesús”
—Tito 2: 11-14
Que el Señor nos ayude a poner estos tiempos tan peligrosos en la debida perspectiva, no olvidando jamás que Dios puede convertir todo plan malvado en un instrumento para activar nuestras vidas y nuestro ser interior a buscarle con una fe inquebrantable.