UN FUTURO Y UNA ESPERANZA
La esperanza está directamente ligada con nuestra consideración del futuro. Dios nos ha dado Su Palabra y en ella nos dice que Él tiene definido un futuro para cada uno de nosotros y con esto nos permite desarrollar la esperanza de ver el cumplimiento de sus promesas.
Con Su Palabra podemos ver claramente los pasos que damos en nuestra vida (Lámpara es a mis pies tu Palabra…) y la ruta por la cual caminamos hacia el futuro (…lumbrera a mi camino. - Salmos 119:105 -). Con la ayuda del Espíritu Santo somos dirigidos en los planes de nuestro Señor.
Sin embargo, el enemigo ha estado trabajando en todas las personas para acostumbrarlos a una vida que solo mira el presente, lo inmediato, el día a día. La sociedad nos abruma con afanes, preocupaciones y distracciones diarias que dominan nuestros pensamientos. Nos alejamos de Su Palabra, dejamos la comunión con el Espíritu Santo y, como dice la parábola del sembrador, “muy pronto el mensaje queda desplazado por las preocupaciones de esta vida y el atractivo de la riqueza, así que no se produce ningún fruto”. -Mateo 13:22- Al apagarse la luz, se oscurece nuestro camino y empezamos a caminar a ciegas, nuestro futuro no es visible y nuestra ruta nos lleva a destinos incorrectos.
El Señor nos recuerda que somos una nueva creación. Ya no debemos vivir como el resto de las personas lo hacen. Somos llamados a ser y pensar diferentes. Debemos hacer con frecuencia un alto en medio de los afanes y distracciones diarias para meditar en Cristo lo que Él ha planeado para nuestro futuro. Podemos preguntarle al Señor cómo van sus planes en nuestra vida y qué ruta debemos seguir para alcanzar lo que Él ha preparado.
Vivamos a la luz de la Palabra, recordando sus promesas con la seguridad de que fiel es el que lo ha prometido. Construyamos la esperanza de sanidad física, salvación para nuestros familiares, salud financiera para nuestra vida en la tierra, pero de igual forma construyamos la esperanza de que Cristo volverá por su pueblo, tendremos vida eterna y reinaremos con Él. Seamos ejemplo a los que viven en oscuridad, que hay una luz que puede iluminar su caminar y devolverles la esperanza de un futuro glorioso y una eternidad con nuestro Señor.