YO LES TRAERÉ SANIDAD Y MEDICINA...
Dios está construyendo una nueva persona de nosotros, con nuevos elementos:
- Dios está construyendo el carácter de Cristo en nosotros.
- Dios está dándonos la mente de Cristo.
- Dios está preparándonos para toda buena obra.
- Dios está levantándonos como más que vencedores.
- Dios está equipándonos con toda su armadura espiritual.
- Dios está llenando nuestro corazón con Su amor.
Él está trabajando incansablemente por medio de su Espíritu en nuestro ser interior para llevarnos a crecer y a ser transformados de acuerdo a metas y propósitos tan elevados que no lograríamos entender por mucho que se nos explique la Palabra de Dios. Pero en nuestro interior, por causa de nuestra naturaleza pecaminosa y por las dañinas experiencias desde nuestra niñez se han anidado tantas fortalezas de pensamientos que pretenden bloquear la operación que el Espíritu Santo está realizando.
La culpa, la falta de perdón, la amargura, temores extraños, los recuerdos oscuros y torcidos se agrupan para impedir la operación divina, el cambio paulatino. Es un bloqueo grande y poderoso. Pero ninguno, ni todos juntos tienen la solidez y la consistencia para resistirse al evangelio, que es poder de Dios para salvación. Quizás es asunto de tiempo, pero Dios planea llevarnos de la mano por la “senda del justo”, donde nuestras vidas interiores se van sanando, perfeccionando, enderezando, renovando y capacitando para ir y persuadir a otros, no solo con palabras sino con demostraciones de poder del Espíritu Santo.
De eso se trata la medicina, la sanidad, la curación prometida por Dios. Las heridas sanarán, porque tienen que sanar. Jeremías reafirma que: Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice
Jehová...(30:17).
La promesa de este mes, Jer. 33:6 termina diciendo que se abrirá para nosotros “abundancia de paz y de verdad”, poderosa combinación para sellar lo que Dios hará en cada uno.