PERSUADIR: ABRIR LOS OJOS
Los discípulos camino a Emaús (lea Luc. 24:13-37) estaban tristes. Así los percibió el Señor cuando se acercó y caminó con ellos los doce kilómetros que distaban entre Jerusalén y ese pueblo nunca más mencionado en la Biblia y cuyo nombre Emaús, significa “aguas calientes” o “aguas termales”.
La tristeza de Cleofas, y su compañero o compañera estaba basada en una especie de decepción. La decepción surge por expectativas no cumplidas, o cosas que esperaban y que no se cumplieron. En el caso de los discípulos de Emaús es que eran ignorantes de lo que deberían esperar en el Mesías – Jesucristo. Sus esperanzas estaban fundadas en una comprensión equivocada de lo prometido por Dios. Imaginaron y crearon su propia idea de la misión que debería cumplir el Cristo, el Siervo Sufriente que Dios enviaría.
La Biblia dice que no reconocieron a Jesús. Lo conocían, pero no lo reconocieron cuando se acercó a ellos temprano en la mañana, camino a Emaús. Lucas 24 dice que sus ojos estaban velados, para que no lo reconociesen. Velados significa “tapados, nublados, invisibles”. Algo los hizo incapaces de reconocer físicamente a aquel que había caminado con ellos quizás hasta tres años. Sus ojos interiores, los que permiten entender a Dios y su Palabra, o sea sus ojos espiritualesno captaban el precioso momento que estaban viviendo. ¡Tuvieron una agradable charla exclusiva con el CRISTO RESUCITADO!
Le tomó al Señor una caminata de doce kilómetros junto a estos insensatos (sinónimo de torpes, tontos, dementes, insanos) persuadirlos de que lo que había sucedido, Dios lo había planeado así, lo había registrado en las Sagradas Escrituras. También les dijo tardos de corazón (sinónimo: lentos, morosos, lerdos). Según Jesús eran de reacción tardía, lo verdadero de Dios llegaba a sus corazones, PERO, en una fecha posterior a la establecida para ser beneficiados. Se iban de Jerusalén pensando que ese episodio de sus vidas, conviviendo con el Maestro, el Salvador del mundo, sería solo recordado como un gran desperdicio de tiempo. PERO NO FUE ASÍ, Jesús fue a buscar estas dos ovejas descarriadas, hasta que las encontró y las persuadió de tal manera que las hizo regresar.
Yo pregunto: ¿En qué parte del proceso estamos nosotros?
- Comienza con comprensión equivocada de la manera en que Dios hace las cosas.
- Lo siguiente es la frustración o decepción por no ver lo que creyeron que sucedería. Su fe fue herida.
- Luego viene la tristeza. Una melancolía y estado de parálisis espiritual.
- La tristeza lo hace vulnerable para que un manto exterior nuble la vista natural, pero, sobre todo, la vista espiritual.
Lea Lucas 24:13-37. Ellos dijeron que ardían en su interior cuando Jesús les hablaba y les enseñaba lo que estaba determinado por Dios para El. El no solo era un “Profeta milagroso”. Era el Hijo de Dios, Emanuel, el resucitado, el Rey de Reyes y Señor de Señores. ¡En un instante, la dosis de PRESENCIA y de revelación Bíblica actuó como un potente estimulante espiritual para que la ceguera se fuera… RECONOCIERON AL SEÑOR!
Pidamos a Dios que seamos persuadidos por su PRESENCIA y su PALABRA, para que salgamos del letargo. ¡Ellos regresaron a Jerusalén con un nuevo mensaje… Cristo vive!...
Hoy El camina con la Iglesia… ¿lo puedes ver?