ENVIADOS PARA PERSUADIR

Pues la Biblia también dice: «Dios salvará a los que lo reconozcan como su Dios.» Pero, ¿cómo van a reconocerlo, si no confían en él? ¿Y cómo van a confiar en él, si nada saben de él? ¿Y cómo van a saberlo, si nadie les habla acerca del Señor Jesucristo? ¿Y cómo hablarán de Jesucristo, si Dios no los envía? Como dice la Biblia: «¡Qué hermoso es ver llegar a los que traen buenas noticias!»
— Romanos 10:13-15 TLA

Se trata de pedirle al Espíritu Santo que nos ayude a despertar, si esto es lo que se necesita.

En México sucedió un fenómeno digo yo, sicosocial – sociológico que mantiene con la boca abierta a millones de observadores.  Un país de grandes desigualdades sociales e injusticias.  La ciudad capital, como cualquier capital, y esa ciudad, que es una de las más congestionadas y de aire más contaminado del mundo. El egoísmo natural y la insensibilidad propias del afán de sus pobladores.  Nadie está para detenerse para ver ninguna necesidad. De repente la tragedia de un terremoto.  Gente que no fue a casa a cambiarse para ayudar.  Así mismo, con sus corbatas y uniformes de sus profesiones, de restaurantes, de hospitales, de bancos, casi sin comunicarse mucho entre ellos, formando filas para sacar escombros, para llevar comida y agua a los que trabajaban en salvamento o restaurantes entregando porciones de agua y alimentos gratis.  Miles de personas unidos por una especie de magia o milagro con el solo pensamiento de ser parte de los que resuelven y no parte del problema. Todavía, varios días después, y ahora mejor organizados, sin una planeación estratégica anticipada hacen desaparecer las marcadas clases sociales, ni empleados ni jefes, un solo lenguaje, una sola actitud: ayudar, facilitar el auxilio, proveer para toda necesidad, esforzarse sin desmayar por salvar una vida.

  • ¿Qué necesitamos para ver al prójimo como bajo un escombro que lo llevará al infierno? 

  • ¿Cómo se cambian nuestras prioridades a su justa expresión para dar paso a considerar urgente proveer más que agua y alimento para el cuerpo, sino un gesto, una palabra persuasiva para hacer sobrevivir el alma y el espíritu de la gente a la vida eterna?

  • ¿Cómo no darnos un aliento, un grito nacionalista como ¡México fuerza! para unirnos y dar voces en nuestro país? ¡Panamá para Cristo! Y hacer lo que hicimos un tiempo atrás en la Gran Estación, hablando a gente de espalda, esperando un bus… pero con la esperanza de que alguno leería el tratado o haría la oración de entrega a Cristo.

Todavía está vigente la llamada del cielo: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”

Y todavía es permitida la respuesta de Isaías: “Heme aquí, envíame a mí.” Isaías 6:8  

Dios sigue buscando un hombre… o una mujer… "que se ponga en la brecha delante de Él, a favor de la tierra…” Ezequiel 22:30Alguien que diga como Pablo:  “ay de mi si no anunciare el evangelio” I Corintios 9:16