VISITAS MI DOLOR
Con el pecado cometido por Adán y Eva nació el dolor. Dios dijo que ella, Eva, iba a tener dolor al dar a luz a los hijos. Adán obtendría fruto de la tierra con dolor. Génesis 3:16-17
No sabemos cuántas clases de dolores hay. Parece que toda enfermedad avanzará hasta producir dolor en el cuerpo.
También está ese "dolor en el corazón", un dolor interno que en ocasiones puede considerarse más fuerte que muchos de los dolores físicos.
Israel recibió palabras de esperanza, su dolor tendría una finalización:
También la iglesia recibe de Dios su esperanza. El dolor y el llanto terminarán para siempre:
Cristo fue también llamado “Emanuel”, que significa "Dios con Nosotros". El vino para resolver el problema del pecado que nos distanciaba de Dios y a su vez vino para realizar un acto maravilloso. Jesús vino para llevarse nuestros dolores de todo tipo, todos producidos por los pecados que nosotros hayamos cometido.
A Cristo se le llamó "varón de dolores, experimentado en quebrantos". Vino preparado para sufrir por nosotros, y en la cruz, por la gran cantidad de dolor que sufrió por las heridas y golpes recibidos, tenía un aspecto como de acabado, fracasado, castigado por errores cometidos. No queremos ver semejante cuadro de un hombre castigado y vituperado, no es agradable. Pero Cristo no pensaba así acerca del dramático cuadro que acompañó su muerte. La Biblia dice de Él, de Jesucristo, que quedó satisfecho. Veamos:
¡Agradezcamos al cielo, desde el cual nos visitó Dios para quitar el dolor de la tierra, de nuestros cuerpos y de todo nuestro ser interior!
Mire lo que dice un comentario bíblico:
Mateo 8:16, 17 nos lleva a una narración:
"Aquella noche, le llevaron a Jesús muchos endemoniados. Él expulsó a los espíritus malignos con una simple orden y sanó a todos los enfermos. Así se cumplió la palabra del Señor por medio del profeta Isaías, quien dijo: «Se llevó nuestras enfermedades y quitó nuestras dolencias».
Jesús simplemente completó su misión y quedó satisfecho. El asumir el castigo por nuestros pecados, se llama expiación.