LA PROMESA DEL PADRE PARA LAS GENERACIONES

“Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”  - Hechos 2:39 -

Es evidente el énfasis que hace el Espíritu Santo en las generaciones y en el alcance de la influencia de la promesa del Padre en el espacio y en el tiempo. Los receptores originales de éste mensaje eran de todas las naciones bajo el cielo. (Hch.2:5) A ellos se les dice que la promesa alcanza a sus “descendientes” extendiéndola hacia las generaciones futuras (Hch.2:39). Las referencias proféticas de Joel que menciona el apóstol Pedro, aluden a hijos, hijas, jóvenes y ancianos incluyendo a todos los grupos etarios (natural y espiritualmente hablando) sin distinción (Hch.2:17). Finalmente circunscribe a todos aquellos que decidan voluntariamente vivir bajo la autoridad de Cristo como sus seguidores devotos. (doulos: siervos y siervas). ¡Esto es trascendencia!

Y ésta promesa tan trascendente, fue un regalo del Padre para ti y para mí. Fue la cúspide del cumplimiento de la obra redentora de Cristo Jesús mediante su muerte en la cruz del Calvario, su resurrección y posterior exaltación. Fue el regalo que Jesús pidió al Padre para TODOS sus discípulos. Otro Consolador que estuviera con nosotros para siempre. Es Dios (trino) EN NOSOTROS en una relación eterna de paternidad, guía y amistad. Y está accesible tan sólo con creer y esto abre el camino a la realidad de convertirnos en “hijos” de nuestro Padre. Ro. 8:14-15

La pregunta de los oyentes originales debería hacer eco en nosotros:

¿Qué haremos? (Hch.37).

Qué haremos con el hecho de que la obra redentora de Jesús en nosotros se hace completa después de arrepentirnos, convertirnos, bautizarnos y recibir el don del Espíritu Santo.

¿Qué haremos con el hecho de que sólo luego de recibir el Espíritu Santo de Dios en nosotros podremos realmente disfrutar de “Tiempos de refrigerio”?

¿Qué haremos con el hecho de que “el denuedo” que nos da la autoridad para mostrar al mundo que andamos con Jesús sólo vendrá luego de la llenura del Espíritu Santo?

¿Qué haremos con ésta herencia generacional que nos santifica, que nos separa, que nos hace diferentes del mundo y nos permite “Ser salvos de esta perversa generación”?

La invitación apostólica para las generaciones se resume en la pregunta del apóstol Pablo a los discípulos de Éfeso. ¿Recibieron el Espíritu Santo cuando creyeron?

A TODOS sus discípulos en TODOS los tiempos Jesús les dice: “muy pronto les enviaré a quien mi Padre prometió. No se vayan a ningún otro lado, hasta que reciban el poder que Dios les enviará” ¿Lo siguen esperando tú y tus generaciones?